Capítulo 1

El agudo sonido del teléfono se sumergió, en medio de la mañana, en la habitación de Luca.
-Hola?- preguntó con un titubeo que lo hacía sonar como un moribundo, al tiempo en que se rascaba los ojos.
La voz de Alex cayó como una melodía pesada en los oídos de Luca.
-No me digas que te desperté. - dijo ella con un tono de sarcasmo.
Los ojos de Luca se abrieron de par en par, como dos monedas gigantes, levanto el torso de un salto y, sorprendido, vaciló algunas palabras.
-¿Qué hora es?
-4.30 am -dijo ella- La noche recién empieza, ¿verdad?
Luca rió, se levantó de la cama, le dijo a Alex que aguarde un segundo, se estiró lo más que pudo, e intentó caer en la situación. Cuando ya había vuelto en sí mismo, cogió el teléfono y preguntó:
-Contame otra vez por qué es que me llamaste.
-No te lo dije todavía...- rió ella, aunque algo incómoda.
Silencio.
La conversación fue invadida por un repentino e incómodo intervalo. Él jamás se hubiese esperado lo que ella le iba a decir, ahogada entre lágrimas.
-Piérre... me dejó.- dijo Alex entre sollozos.
Luca ya se había levantado del todo y estaba sorpresivamente activo, su cuerpo se movía con movimientos rápidos e histéricos.
-Pero... Pierr... ¿Qué pasó?- preguntó mientras se preguntaba cuán rara era esta situación. -Yo creía que...
-No me gustaría hablar de esto por teléfono Luca. ¿Qué te parece si nos encontramos en el cementerio, este Domingo al mediodía? Te invito el almuerzo.
Luca abrió la boca para contestar, pero la llamada ya habia finalizado.
Se dejó caer sentado sobre el borde de su cama, prendió la luz del velador y apoyó la cabeza sobre sus manos.
¿Alex? ¿Un jueves? ¿a las 5 am? Las preguntas volaban por la mente de Luca como disparos fugaces.
Tras unos 10 minutos intentando figurarse lo que había sucedido recién, se acostó en su cama, aunque no logró dormirse hasta ya entradas las 7.

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